Novedoso programa de investigación reporta un incremento en el nivel de profesionalización en campañas presidenciales de Colombia y México. Esta tendencia se explica en el estudio que acaba de ser publicado por los académicos Néstor Julián Restrepo-Echeverria de la Universidad EAFIT (Medellín) y Luis Antonio Gonzales Tule de la Universidad del Norte (Barranquilla), en la revista académica CUADERNOS INFO, de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Bajo el título, "Uso Intensivo de Herramientas y Recursos de Profesionalización Política en Campañas Presidenciales: el Caso de Colombia 2018" (2021), los investigadores presentan un interesante análisis del fenómeno de profesionalización en el campo electoral, realidad que también es visible en muchos otros países de la región. Este es el caso expuesto por los mismos autores en su artículo: "Campañas Presidenciales de 2018 en México: Nivel de profesionalización, Equipo de Campaña y Estrategias Políticas" (2020), publicado en el Journal América Latina Hoy, de la Universidad de Salamanca.
El trabajo académico de Restrepo-Echeverry y Gonzales es importante porque valida la opinión de muchos consultores sobre la importancia de profesionalizar las campañas. La mayor demanda de los servicios de asesoría que estos expertos brindan, se debe en parte a que los políticos son cada vez más conscientes de que las campañas conducidas profesionalmente incrementan su efectividad en procesos como la obtención y el manejo de recursos, al igual que aumentan las posibilidades para cumplir con los objetivos propuestos por los candidatos. Sobre esto siempre es bueno recordar que no todas las campañas tienen como meta única el ganar una elección. Hay muchas que buscan otros fines como el acrecentar la influencia que un dirigente tiene en su partido, o acceder a posiciones burocráticas, o dividir los votos para frenar la victoria de un adversario, o el instalar un tema en la opinión pública que influya en las propuestas electorales del momento, etc.
La profesionalización de las actividades electorales también debería ser una buena noticia para los politólogos, especialmente aquellos que obtuvieron sus títulos en programas donde se les brindó el entrenamiento necesario para cumplir con las funciones específicas que demanda el trabajo en las diferentes áreas de la consultoría política.
Una de las observaciones más interesantes de los autores es que este proceso de profesionalización se viene desarrollando independientemente de la ideología y de la afiliación política de los candidatos. En concreto, ellos observan que el antiguo estereotipo de líder de izquierda, reaccionario a actualizar su forma de hacer proselitismo, es un tipo de dirigente cada vez menos común. Esta evolución, en parte se debe a que últimamente han surgido ejemplos exitosos de líderes regionales progresistas quienes alcanzan sus triunfos gracias a la ayuda de importantes asesores. Entre los ejemplos están el del famoso Duda Mendonça quien trabajó con el expresidente Lula da Silva en Brasil o la labor que el conocido consultor español, Antoni Gutiérrez-Rubí viene realizando con diferentes parlamentarios del Frente de Todos (Partido Peronista) en la Argentina. En Colombia se destaca el trabajo que consultores como Augusto Reyes, Ángel Beccassino y Alberto Cienfuegos han adelantado para varios reconocidos dirigentes de izquierda como Claudia López y Gustavo Petro.
A continuación, se presentan los ítems que integran los dos índices (o dimensiones) que los investigadores utilizaron para medir el nivel de profesionalización de una campaña política, al igual que los resultados comparados de estos números para las candidaturas presidenciales de Iván Duque (Centro Democrático), Gustavo Petro (Colombia Humana / Unión Patriótica) y Sergio Fajardo (Compromiso Ciudadano). También se ofrecen algunas conclusiones sobre este interesante estudio. Al final, el lector puede encontrar enlaces para descargar los artículos completos sobre el caso colombiano y el mexicano.
Medición del nivel de profesionalización de una campaña electoral
Para los autores la profesionalización de una campaña electoral se desarrolla en dos dimensiones: una es el nivel organizativo de la misma y la otra se relaciona con el manejo de las comunicaciones.
Dimensión del nivel organizativo de la campaña
Este índice está conformado por nueve indicadores. Cada uno de ellos ofrece tres posibles valores: El "0" cuando la característica no está presente en la campaña analizada, el "1" cuando algunos elementos están presentes, pero no todos, y el "2" cuando el elemento característico de la profesionalización es claramente identificable. Los indicadores para la dimensión organizativa son:
1. Comando de campaña: los autores consideran que "a mayor centralización del comando de toma de decisiones de la campaña, mayor profesionalización" (Pág. 54). Por el contrario, campañas que no tienen un comando unificado tienden a ser menos profesionales.
2. Consultores externos: Se consideran más profesionales las campañas que contratan asesores que no estén previamente comprometidos con el círculo de colaboradores que viene trabajando con el candidato, que los consultores sean externos al partido y que no sean amigos del líder. Muchos de estos nuevos profesionales son contratados para desarrollar funciones específicas y se espera que su opinión sea más objetiva que la de los amigos y familiares del político. La no contratación de consultores externos marca un bajo nivel de profesionalización en el desempeño de una candidatura.
3. Gerenciamiento profesional de la campaña: En este ítem un alto grado de profesionalización se les atribuye a las campañas que están coordinadas por gerentes expertos en el manejo de organizaciones y que son ajenos al partido o al candidato. (Pág. 55) En otras palabras entre mayor experiencia y especialización en la coordinación tenga el gerente de campaña, más profesional se lo considera. Campañas poco profesionales no tienen gerente y sus funciones son ejercidas por el candidato o por un miembro sin experiencia de su familia.
4. Campaña permanente: Candidaturas que desarrollan estrategias electorales todo el tiempo se las considera más profesionales a las que se limitan a actuar solamente en cortos periodos previos a los comicios. Por supuesto, algunas actividades que se llevan a cabo en época electoral son diferentes, pero complementarias, a las que se ejercen en periodos donde no hay votaciones.
5. Personalización de la campaña en el candidato: De acuerdo con los investigadores, las campañas que se enfocan en promover la figura del candidato se consideran más profesionales que aquellas que se organizan alrededor de las banderas del partido o que son arrastradas por el líder máximo de la organización política.
6. Profesionalización del grupo de campaña: Candidaturas cuyo trabajo se divide en grupos especializados, manejados por expertos, se consideran más profesionales que las campañas donde el candidato y sus colaboradores tratan de cumplir con todas las tareas. Desde la sociología podemos decir que este es un típico caso de división del trabajo como elemento de modernización de una organización.
7. Militancia remunerada: Los autores, Restrepo-Echeverry y Gonzales, sostienen que las campañas donde todos los principales colaboradores reciben un salario pagado directamente por la candidatura se consideran más profesionales que donde ningún colaborador recibe compensación económica. Este indicador da para pensar en posiciones intermedias donde algunos de los trabajadores de la campaña sean remunerados por grupos externos a la candidatura, como las organizaciones sociales de base, sindicatos, gremios, etc.
8. Financiación: Las campañas tienen un alto grado de profesionalización cuando cuentan "con un comité de especialistas externos al partido dedicado a la consecución y destinación de los recursos financieros" (pág. 56). Por el contrario, estas se consideran poco profesionales si no cuentan con un área dedicada a la recolección de fondos.
9. Monitoreo electoral. Las campañas que utilizan métodos de investigación, como encuestas y grupos focales para analizar a los votantes, se consideran más profesionales que aquellas que no los usan. En este caso, una situación intermedia se encuentra cuando las candidaturas interpretan sondeos públicos y esporádicamente emplean sus propios encuestadores.
Dimensión del nivel de comunicaciones de la campaña
1. Mensajes Personalizados. Para los investigadores, si el mensaje de una campaña está centrado en el candidato, se la califica como altamente profesional y se le otorga un puntaje de "2". Por el contrario, si el mensaje no se enfoca en el candidato, sino que favorece una ideología o un partido, se cataloga a la campaña como poco profesional y se le da un puntaje de "0". Campañas que combinan las características de los dos casos anteriores reciben un puntaje intermedio de "1".
2. Uso de referentes simbólicos. Restrepo-Echeverry y Gonzales consideran que las campañas con una alta utilización de símbolos son más profesionales que aquellas que simplemente se limitan a informar las posiciones del candidato con un contenido directo y visible. Campañas que combinan lo simbólico con lo informativo reciben un puntaje intermedio de "1".
3. Segmentación de los mensajes. Llegar a varios sectores del electorado con diferentes tipos de mensajes se traduce en un grado de mayor profesionalismo de una campaña, que cuando solo hay una comunicación estándar para todos los votantes. A medida en que la candidatura divide a los electores en segmentos, pero a todos se les envía el mismo mensaje, los investigadores le otorgan el puntaje intermedio de "1".
4. Uso emocional de los mensajes electorales. De acuerdo con los autores, un mayor nivel de emocionalidad en la comunicación política está asociado con un alto profesionalismo en la campaña, mientras que la comunicación directa y estándar refleja todo lo contrario. La combinación de ambos tipos de mensajes daría una evaluación intermedia de profesionalismo.
5. Construcción de imagen. Se consideran más avanzadas las campañas "cuando el candidato cuenta con un grupo de profesionales encargado de la construcción de su imagen pública y le construyen su discurso político." (pág. 57). Por el contrario, según los autores, una campaña no es profesional "cuando la imagen física y discursiva del candidato no es preponderante por falta de acompañamiento" en este caso de una adecuada asesoría (pág. 57).
6. Construcción de una narrativa (o storytelling). Las campañas profesionales ofrecen relatos sobre la vida del candidato que sirven para incentivar a los votantes. La ausencia de estas técnicas retóricas en la campaña indica falta de profesionalismo. El uso esporádico y las improvisaciones espontaneas de narrativas marcan un nivel intermedio en la profesionalización.
7. Participación en debates y foros. Los investigadores consideran que las campañas más profesionales se destacan por tener una alta participación en este tipo de eventos. Se explica que el involucrarse en estos actos exige un trabajo más "especializado de asesoramiento para preparar la imagen del candidato, el manejo de cámara, su discurso, etc." (pág. 57). Por el contrario, no participar en estos eventos indica poco profesionalismo.
8. Material escrito para uso externo en las campañas electorales. La falta de publicidad escrita para los votantes es un signo de que la campaña es amateur, mientras que la existencia de vallas móviles, boletines de prensa, volantes, etc. marcan un alto grado de profesionalismo.
9. Uso de redes sociales y otros recursos digitales. Campañas profesionales emplean en forma permanente y a lo largo de toda la contienda electoral un gran número de medios digitales (Facebook, Twitter, Whatsapp, YouTube, Instagram, SMS, etc.) para llegar a los votantes, mientras que campañas sin experiencia no los utilizan.
Resultado de la investigación
El estudio mostró que a nivel organizativo las tres campañas presidenciales estudiadas, la de Iván Duque, Sergio Fajardo y Gustavo Petro tuvieron un nivel intermedio, obteniendo la de Gustavo Petro un puntaje de 1.4 frente a la calificación de 1 de las otras dos candidaturas. Los resultados de estas tres campañas a nivel de comunicaciones fueron superiores en los tres casos. Iván Duque obtuvo 1.88, Sergio Fajardo 1.77 y Gustavo Petro 1.66. La diferencia en el puntaje de estas dos dimensiones es en parte explicada por la debilidad de las estructuras o partidos políticos.
En conclusión, se encontró que las campañas de Duque y Fajardo tuvieron un nivel de profesionalización "medio-alto" con puntajes de 1.44 y 1.38 respectivamente, mientras que la campaña de Petro logró un nivel alto de profesionalización con 1.68. Los autores explican que, pese a que aún se pueden mejorar los niveles de profesionalismo en las campañas presidenciales en Colombia, esta es una tendencia que ya va en aumento.
Comparando este estudio colombiano con los resultados que los autores obtuvieron durante su investigación de las elecciones presidenciales en México (2018), se encontró que en ese caso las tres campañas lograron un nivel de profesionalización alto. La candidatura de Andrés Manuel López Obrador (MORENA) obtuvo un puntaje de 1.65 mientras que sus contrincantes Ricardo Anaya (PAN) y José Antonio Meade (PRI) lograron 1.50. Esta investigación concuerda con la visión empírica que muchos consultores tienen respecto a que existe un mayor grado de profesionalización en las elecciones mexicanas que en las colombianas.
Conclusiones
Entre las 18 categorías de profesionalización presentadas en la investigación, se puede pensar que unas son más importantes que otras, pese a que en el estudio todas se evalúan con el mismo puntaje. Además, se puede suponer que distintas categorías tienen diferente importancia dependiendo de los comicios que se estudien, por ejemplo, en un sector rural donde hay poca penetración del internet su influencia no va a ser igual que en una gran urbe. Sin embargo, en conjunto todas ofrecen una interesante perspectiva para estudiar este fenómeno. El hecho de que se pueda pensar en otras categorías adicionales para cada una de las dos dimensiones no desmerita el trabajo realizado por los investigadores. Mantener el mismo instrumento de medición les permite a los académicos hacer comparaciones entre elecciones en diferentes países.
Sería interesante que en un futuro se incluyeran en el análisis candidaturas menos exitosas con el fin de medir el impacto que tiene la profesionalización en el triunfo o fracaso de las campañas. También puede ser útil aplicar este tipo de instrumentos al análisis de comicios parlamentarios, de alcaldías y gobernaciones. Elecciones que empíricamente desde la consultoría política ahora se perciben como en proceso de una creciente profesionalización.
Por último, la buena noticia de que muchas campañas electorales tiendan a profesionalizarse sirve de poco en la generación de nuevos empleos para politólogos si estos no reciben una formación académica que los prepare para cumplir con las funciones que se esperan de un consultor político (recolectar fondos, elaborar publicidad de calidad, hacer encuestas, manejar organizaciones de base, etc.). Más que hacer grandes cambios en la malla curricular o modificar el nombre de las asignaturas, muchos programas en Ciencia Política simplemente requieren reorientar el contenido curricular de algunas de sus asignaturas con el fin de que sus estudiantes puedan desarrollar las destrezas necesarias para trabajar profesionalmente en las campañas electorales.
Descargar artículo: "Uso intensivo de herramientas y recursos de profesionalización política en campañas presidenciales: El caso de Colombia 2018" (2021).
Descargar artículo: "Campañas presidenciales de 2018 en México: Nivel de profesionalización, equipo de campaña y estrategias políticas" (2020).
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Este artículo fue escrito por Mauricio Florez Morris, Ph.D. El autor ha sido profesor en las facultades de Ciencia Política y Sociología en University of Maryland, George Washington University, Georgetown University, y North Virginia Community College en los Estados Unidos. En la Universidad del Rosario y la Universidad Javeriana en Colombia, al igual que en la Universidad de Buenos Aires y la Universidad del Salvador en la Argentina.
Su actual interés académico se centra en temas relacionados con los estudios de opinión pública, campañas electorales, marketing, liderazgo y psicología política. Es miembro de la American Association of Political Consultants (AAPC), la American Political Science Association (APSA) y la American Sociological Association (ASA), al igual que de la Asociación Colombiana de Consultores Políticos (ACOPOL). Ha trabajado en campañas electorales para organizaciones afiliadas al Partido Demócrata en los Estados Unidos.
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